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[vc_row row_type=»row» use_row_as_full_screen_section=»no» type=»full_width» angled_section=»no» text_align=»left» background_image_as_pattern=»without_pattern»][vc_column width=»1/3″][vc_single_image image=»2006″ img_size=»full» qode_css_animation=»»][/vc_column][vc_column width=»2/3″][vc_column_text]La gama de discos de freno Andel cubre más del 95% del parque de vehículos circulante y cumplen con todas las normativas de homologación para el Aftermarket.

El sistema de frenos es una de las partes más importantes (si no la más) en la seguridad activa del vehículo. Es el principal medio de protección que contamos para evitar accidentes cuando vamos al volante. Dentro de los sistemas de frenos podemos encontrar diferentes tipos. El más común es el sistema de frenos de disco debido a su eficacia.

El cometido del sistema de freno es disminuir la velocidad y/o conseguir detener el vehículo. Por ello debemos poner especial atención al mantenimiento de los componentes que forman el sistema de frenos para salvaguardar nuestra seguridad y la que nos rodean.

Durante el mantenimiento, es frecuente prestar mayor atención al desgaste de las pastillas dando menor importancia al espesor de los discos. Por error, se suele pensar que el disco de freno no sufre desgaste. En realidad, el fenómeno responsable del desgaste de las pastillas también provoca desgaste en el disco de freno con el paso del tiempo.

El límite de desgaste del disco corresponde al espesor mínimo por debajo del cual no es posible garantizar la eficacia de la acción de frenada. Este dato, MIN TH, lo encontrará grabado en el propio disco. Si la medida está por debajo de ese valor deberá sustituir los discos del mismo eje.

Durante el mantenimiento, tanto ordinario como extraordinario, es importante inspeccionar el estado de los discos. En general, los discos se deben sustituir cada dos cambios de las pastillas para mantener las máximas prestaciones.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]